Las ocho fuerzas del Tao

Las ocho fuerzas del Tao

PSOAS O MUSCULO DEL ALMA

EL MÚSCULO PSOAS O MÚSCULO DEL ALMA


El cuenco Tan Tien: Boceto de un cuenco superpuesto sobre el área pélvica. Nos muestra la estructura ósea formando una especie de cuenco.



En los ejercicios de meditación del Tao Curativo- Tai Chi, Camisa de Hierro y Tao Yin- los movimientos se originan en el Tan Tien. Se trata del centro abdominal del cuerpo; constituye “la sede de la percepción directa” (awareness)- la facultad de tomar conciencia del mundo interior y exterior- y en él se ubica el “segundo cerebro” (se dice que en el abdomen hay quizás más materia nerviosa, neuronas, ramificaciones nerviosas, etc que en el cerebro de la cabeza)En éstas prácticas, el Tan Tien se adiestra para que sea conciente y capaz de coordinar el movimiento desde el segundo cerebro. A partir del Tan Tien el movimiento se extiende hacia la periferia del cuerpo, las extremidades, hasta las yemas de los dedos de la mano y los dedos gordos de los pies.



En las culturas que siguen el modelo occidental, la gente pasa la mayor parte del tiempo sentadas en sillas y, después, se sienta en el auto y conduce en vez de caminar. Hemos perdido la flexibilidad natural del cuerpo. Hemos perdido conciencia del centro de gravedad y de la importancia que tiene generar todos los movimientos desde él. Sólo tomamos conciencia de la zona lumbar cuando sentimos dolor, provocado por el maltrato y el mal uso que hacemos de esa región. Nos percatamos de la región abdominal cuando ha perdido la tersura de la juventud y empieza a pedirnos una talla más de pantalones. El primer paso para recuperar la fortaleza y la flexibilidad de este centro motor es tomar conciencia del mismo de una manera enteramente nueva.


Parte anterior de la vista dorsal del Tan Tien


Primero, es importante conocer bien la verdadera estructura de la zona que denominamos Tan Tien. El hueso de la pelvis, la base del Tan Tien, es como un cuenco. Cuando descansamos el pesode la parte superior del cuerpo en el mismo, toda la estructura corporal cambia, ya que los hombros y la parte superior el cuerpo que, normalmente, acarrean el peso, tienen la oportunidad de descansar, y así, todo el cuerpo empieza a sentirse más relajado.
La región de la pelvis está formada por un conjunto de huesos muy fuertes que, de hecho, forman una especie de cuenco. Cuentan con varios orificios para dejar paso a los vasos sanguíneos, nervios y músculos de camino a las piernas. Adheridos a esta estructura ósea, encontramos algunos de los músculos más fuertes del cuerpo: el psoas-ilíaco o iliopsoas, el erector femoral, los abductores y los tendones poplíteos. Todos ellos se encargan de mover el cuerpo de un lugar a otro.


QUÉ ES EL PSOAS: LA ESPALDA DEL TAN TIEN
Desempeña la función de unir la zona lumbar y las piernas a través de la región pélvica. El psoas mayor desempeña un importante rol en relación con los riñones, corazón y diafragmatorácico. Forma parte de uno de los mayores complejos musculares del cuerpo, y en la mayoría de los casos de desequilibrio muscular desempeña una función clave. “Sede del alma”, “Terreno del alma” y “Músculo del Alma” son algunas de las expresiones de respeto empleadas para denominarlo. Todas ellas señalan el fuerte impacto de este músculo sobre nuestra estructura, órganos y el estado energético de nuestro ser. Es crucial en el mantenimiento del equilibrio de la estructura corporal.
Además de la importancia del psoas en la estructura dinámica del cuerpo, también desempeña un papel esencial desde el punto de vista energético. Está íntimamente relacionado con los riñones, ya que éstos están ubicados directamente en la superficie anterior del músculo psoas, a ambos lados de la columna. En esta región, el complejo de músculos psoas, junto con los cuadrados lumbares, forman la parte posterior de la pared abdominal.Debido al constante contacto físico que mantienen con los riñones, el calor o el frío de éstos los afectan, y viceversa. Además, los uréteres, procedentes de los riñones, de camino a la vejiga, abrazan la superficie anterior del psoas, manteniendo así una conexión energética añadida con los riñones.
La parte anterior del extremo inferior del Tan Tien, junto con los huesos coxis y sacro, al final de la columna, forman la región conocida con el nombre de Kua, tan importante en los movimientos de Tai Chi. En esta disciplina es muy importante la transferencia de fuerzas terrestres entre las piernas y el kua, y desde las piernas al tronco (y viceversa) a través del kua. El acondicionamiento (liberación, fortalecimiento y relajación) de los músculos psoas es extremadamente valioso para el desarrollo de esta región.
Una vez que el Tan Tien está revitalizado y fortalecido, la sensación y realización de poder y fortaleza crean una sensación de bienestar, equilibrio e integridad dentro del cuerpo. El músculo psoas está involucrado en todas las actividades motoras de la espalda, la cadera y la región pélvica. Durante su funcionamiento normal, también ayuda a desplazar los muslos hacia adelante y rota la bola de la cadera hacia el exterior.. Ocasiona el arqueo natural de la columna y controla la inclinación de la pelvis, que constituye uno de los principales pilares
para que la postura corporal sea correcta.



El músculo psoas puede verse afectado por diversos motivos. Estos pueden ser estructurales, posturales o emocionales. Como el psoas es un músculo flexor, su reacción ante las tensiones y emociones excesivas es acortándose. La razón emocional es el “reflejo del miedo”, la tendencia de los seres vivos de encogerse y adoptar la posición fetal para proteger los órganos más vulnerables. Si debido a tensiones excesivas, pero innecesarias, se acorta, causa tirones que ocasionan la pérdida de equilibrio; y para compensar, la persona encorva la espalda y la pelvis. El acortamiento del psoas también provoca tirones del fémur (muslo), causando que la parte superior de la pierna gire un poco hacia fuera. La parte inferior tiene entonces que compensar doblando la tibia y el peroné en modos que rompen la relación entre ellos. El tirón produce una torsión que desvía la pierna hacia fuera, y eso impide que , al andar, el pie descanse perfectamente en el suelo, lo que, a su vez, puede ocasionar más tensiones y dolor en otras partes del cuerpo.
También es posible que el psoas se acorte solo de un lado, causando que otros músculos del cuerpo tengan que compensar por dicho tirón. Esta compensación puede causar pies planos, piernas arqueadas o alineamiento desequilibrado de las rodillas, tobillos débiles, calambres, inclinación de la pelvis hacia un lado y dolores y rigidez en la columna. (a veces los denominan lumbago o lo atribuyen al ciático) El tirón del músculo psoas puede ocasionar tal rigidez, que el hueso de la pierna no puede girar adecuadamente en la cápsula de la cadera, causando desgaste de la misma.
Cuando el psoas está relajado y su longitud es la adecuada, protege a los órganos del bajo abdomen. Se encuentra cerca de los riñones, y todas las emociones que afectan a éstos, también influyen sobre el músculo. En medicina china, los riñones están asociados con el elemento agua, y son sensibles al frío y al miedo o a los temores. Dichas emociones producen “enfriamiento” en los riñones, psoas y toda la zona lumbar. Con el tiempo, pueden bloquearlos. El frío y las contracciones del psoas pueden provocar reacciones adversas en los riñones. Por otra parte, ambos responden de forma positiva al calor. Por lo dicho anteriormente es coherente pensar que una situación de gran stress emocional puede provocar un acortamiento del psoas o una “garrotera o un ataque de cola”, ya que este afecta toda la zona lumbar y al ciático. Por supuesto que al acortarse de un lado produce acortamiento de la pierna. Muchos médicos solucionan el problema poniendo una plantilla en el zapato, o recetan largas sesiones quiroprácticas llegando incluso aconsejar cirugía innecesaria. La cosa es emocional. Es mental. Es conductual. Todo eso reflejado en el físico. Hay que liberar el psoas, liberar la respiración y aprender a relajarse. Masajearse el abdomen y soltar los nudos que también afectan el psoas y la zona lumbar.
El corazón y el psoas también están relacionados. El corazón se corresponde con el elemento fuego y tiene tendencia a calentarse. Cuando el corazón se calienta demasiado, los riñones (que son elemento agua) se secan. Cuando el corazón está demasiado frío (se dice que cerramos el corazón para no sentir dolor), los riñones se congelan. (hacen que se acorte el psoas y duela la espalda) Hagamos lo que hagamos, ambos órganos se corresponden. En consecuencia, las condiciones negativas que resulten de la relación entre corazón y riñones también afectarán al psoas y viceversa. Primero, hay que aprender ejercicios que apaguen el exceso de calor del corazón y que conduzcan ese fuego hacia abajo para calentar los riñones, como también subir el agua de los riñones para apaciguar el corazón.
Cuando el corazón y los riñones están equilibrados, los músculos psoas se relajan.
El músculo psoas también está estrechamente relacionado mediante la fascia (tejido conjuntivo que recubre los órganos), con el diafragma. El músculo consta de una capa de fascia que desciende y se conecta al músculo psoas. Si existe tensión o contracciones en la zona lumbar, el diafragma se verá afectado y será más difícil respirar. Si el músculo psoas se mantiene elástico, podremos respirar más hondo y utilizar el poder del primero para auxiliar el movimiento y mantener el vínculo entre las partes superior e inferior del cuerpo. No cabe duda , pues, de que el músculo psoas necesita de nuestra atención para fortalecerse, alargarse y poder ser utilizado de manera equilibrada durante nuestra actividad cotidiana. Los ejercicios de Tao Yin nos ayudan a tomar conciencia del mismo y a mantenerlo en forma, al tiempo que también nos volvemos más conscientes del centro de gravedad del cuerpo y adiestramos el segundo cerebro. (cerebro abdominal) El equilibrio y armonía en la región del psoas fomenta el poder interno, fortalecen el alma y mejora la calidad de vida.

Hay veces que sufrimos de una gran pérdida o un abandono o desamor y eso se siente con el corazón. El dolor es tan insoportable que “cerramos el corazón”. Es decir nos engañamos o buscamos una forma de no sentir tanto dolor. Decidimos no llorar más. Decidimos no volver a sentir amor. Decidimos no mostrarnos vulnerables. Eso es cerrar el corazón. Al hacer esto, estamos dejando a los riñones sin el fuego del corazón y hará que estos se congelen. Al congelarse la zona renal y lumbar, los psoas se acortan. Sobreviene un dolor de espalda. Un dolor de rodillas. Un dolor de pies. La causa es el corazón y su relación yin-yang con los riñones y sus órganos y tejidos y tendones y músculos asociados. Se dice que cerrar el corazón es la causa de todas las enfermedades. También se dice que el verdadero sanador es el corazón, la sede del amor incondicional. La clave es conectar nuestro pequeño corazón con la fuente del amor incondicional, el Corazón del Universo, y estar abiertos a recibir y dar amor, amor incondicional, la energía de la creación.





LIBERACIÓN DEL MÚSCULO PSOAS

El músculo psoas puede ser activado nuevamente como una parte funcional del o
El músculo psoas puede ser activado nuevamente como una parte funcional del organismo. El psoas necesita elongarse antes de que pueda funcionar apropiadamente. Liberar y estirar el psoas requiere tiempo. Una buena forma de empezar es aprendiendo la “posición constructiva de descanso”(constructive rest position). Lulú Sweigard (ver referencias) inventó este término para dicha posición espontánea en 1930. La posición permite que el psoas se libere naturalmente mientras que la persona se relaja.
Elige un lugar tranquilo donde nadie esté caminando a tu alrededor o sobre tí. Escoger un lugar a salvo, un lugar tranquilo para trabajar, permite que te relajes y que te abras a tus sensaciones.

Para empezar: Acuéstate en el suelo, sobre una alfombra o frazada, de espaldas, con tus rodillas dobladas en un ángulo de 45 grados, con tus pies apoyados en el suelo. Separa tus pies y rodillas del ancho de tus caderas (al frente de tu pelvis). Dobla una toalla pequeña y ponla en la parte de atrás de tu cabeza, no bajo el cuello. La función de esta toalla es la de sostener la columna cervical y hacer que tenga un mismo nivel que el resto de la columna de modo que tu cabeza sea como una continuidad, una vértebra más. La cabeza no debe inclinarse hacia el pecho ni arquearse hacia atrás. Permite que tus brazos descansen a lo largo de tu cuerpo, o en tu pelvis o cruzados sobre tu pecho. Permite que tus ojos permanezcan abiertos pero descansando profundamente en sus cavidades.
Al principio, si sientes que tu espalda está arqueada, déjala; no trates de forzarla hacia el suelo. No uses la fuerza. En vez de tratar de estar físicamente confortable, permite que tus pensamientos se aquieten, lleva la atención hacia las sensaciones de tu cuerpo, especialmente hacia la zona pélvica. Al permanecer en esta posición, la espalda baja empezará a pesar y eventualmente empezará a liberarse y estirarse sobre el suelo por sí sola, sin que estés tú forzándola a que lo haga. Esto es el resultado de la liberación del músculo psoas. En esta posición la gravedad influye en el esqueleto al liberar al psoas. ¡La fuerza no es útil ni tampoco necesaria!

Cuando estés listo para deshacer la posición, rueda sobre tu cuerpo y descansa por un momento. Levántate lentamente. No uses los músculos de tu cuello para salir de la posición Para ello usa tus manos y piernas. Una vez de pié, tómate un tiempo para observar cualquier diferencia que percibas. ¿Qué percibiste al ponerte de pié?
La liberación del músculo psoas ayudará a liberar a su vez muchas molestias mientras se reestablece el balance necesario en el esqueleto y en el funcionamiento de músculos y vísceras. Recordar las intrincadas conexiones entre diversas funciones significa que la cosa es más complicada que liberar un solo músculo. Más aún, la liberación y estiramiento del músculo psoas es el comienzo de un cambio total en la persona. Cambiar la postura de una persona es mucho más que elongar el músculo psoas. Porque para que haya un resultado armonioso y permanente el trabajo debe ser hecho en el contexto de los hábitos de vida y costumbres de la persona. El cambio es el producto de una introspección y un reencuentro con uno mismo.
Permanecer en la posición constructiva de descanso por diez o veinte minutos todos los días revitaliza el cuerpo y lo prepara para su actividad diaria. La mejor hora para trabajar es la mañana o después del trabajo (antes de cenar). Permanecer acostados en el suelo libera el sistema nervioso central de los muchos estímulos que incitan a que aparezcan los habituales patrones motores como reacción a la gravedad. En un principio, sensaciones muy sutiles van a aparecer en la posición de descanso que son imposibles de detectar al estar de pié.
Muchas de las molestias que experimentarás en la posición constructiva de descanso ya sean físicas, (como picazón o tensión muscular) o emocionales, (como sentirse enojado, con pena, asustado o frustrado)emanan de los condicionamientos de los patrones musculares y no de ninguna situación inmediata. A medida de que el psoas se vaya liberando, puede que las sensaciones que vas experimentando hagan que te sientas vulnerable. En vez de cambiar o de reacondicionar la posición, trata de permanecer más quieto y atento y simplemente observa las sensaciones mientras ellas van circulando libres por tu cuerpo.
Observa el conjunto de imágenes, pensamientos y emociones que se mueven a través tuyo a medida que las sensaciones van manifestándose. No hay necesidad de cambiar nada de lo que aparezca ni hay necesidad de que tu atención sea absorbida por estas asociaciones. En vez de eso, vuelve a sentir las cualidades de las sensaciones, no solo las que provienen desde tu interior sino que también las que te llegan desde lo que te rodea afuera. Sensaciones tales como el aire tocando tu piel, el calor del sol en la habitación, los olores y fragancias del aire, las texturas, la temperatura y la presión sobre el suelo y sobre la alfombra y todos los sonidos que te rodean.
Permite que se pongan unas frente a las otras: las sensaciones que provienen de afuera y las sensaciones que provienen desde adentro tuyo. Se va a producir un equilibrio o balance entre las sensaciones, sentimientos y emociones que ya estaban dentro de tí y aquellas que se estén recibiendo en el momento presente. Equilibrando la intensidad de tu mundo interior con las impresiones (alimento nuevo) de lo que viene desde fuera de tu cuerpo y haciendo conciencia del momento que ambas se miran cara a cara, es un proceso de despertar. Permanecer en el presente ayuda a crear una nueva sensibilidad, un nuevo camino para que el sistema nervioso se exprese, permitiendo soltar lo viejo, los viejos condicionamientos, haciendo espacio a lo nuevo.

TRABAJANDO CON TU MUSCULO PSOAS



Siempre empieza con la Posición Constructiva de Descanso!

.-Primero ubica donde está tu torción o tirón (mala posición ).¿ En cuáles partes de tu cuerpo estás sintiendo peso?¿Cuáles partes de tu cuerpo sientes como que no tocan el suelo? Empieza simplemente dejando que tus sensaciones te guíen sin tratar de cambiar nada.

.-Mientras permaneces en la posición constructiva de descanso, observa tus sentimientos, qué emociones percibes en tu pelvis. ¿qué piensas de ellas? Si fueras a dibujar un retrato de tu pelvis,¿ cuáles imágenes se te vienen a la mente? ¿qué colores usarías?

.- Mientras permaneces descansando en la posición constructiva de descanso, tu pelvis va a empezar a extenderse, la parte de atrás de tu pelvis se abrirá y se aplanará hacia el suelo mientras tu iliopsoas se libera y se relaja. La columna comenzará a elongarse y los hombros caerán hacia atrás y hacia el suelo.

.-A medida que tu psoas se libera habrá mayor conciencia y apertura en la articulación de ambas caderas.

.-Lleva tu conciencia al frente de la articulación de ambas caderas en la pelvis (aproximadamente a ambos lados del hueso púbico). Ubica tus dedos sobre dichas articulaciones, esto ayudará a atraer tu atención a esa área.

.-Observa como, a medida que el psoas se libera y a su vez libera las articulaciones de ambas caderas, el peso comienza a bajar por tus piernas hacia tus pies.

.-Permanece con tus ojos suavemente entreabiertos, permitiendo que la luz entre a ellos y sin mirar nada en forma directa.

.-Observa tus sensaciones, sentimientos y pensamientos y ponlos frente a lo que percibes viniendo desde el exterior (luz, sonido, roce del aire y olores)

EL PSOAS Y LA MENSTRUACIÓN

Los calambres y dolores menstruales han sido exitosamente aliviados aprendiendo a relajar y liberar el músculo psoas. Mujeres que tenían que medicarse con potentes drogas debido a sus dolores menstruales se dieron cuenta que pudieron liberarse de los medicamentos y también del dolor. ¿Cuál es la relación entre los calambres menstruales y el músculos psoas? Los calambres menstruales realmente no se producen en el útero sino que son ocasionados por un músculo psoas contraído que presiona los órganos reproductores; la congestión producida en la circulación sanguínea del área probablemente irrite los nervios que tienen que ver tanto con el psoas como con los órganos sexuales involucrados. Debido a que el psoas es parte del “reflejo del miedo”, el miedo asociado con la menstruación, la reproducción y la sexualidad necesita ser comprendido y remitido.
Una jovencita inicia su ciclo de sangramiento en la temprana edad de entre los 9 y 16 años. La inseguridad, la vergüenza y el sentirse incómoda son, a menudo, asociados con la menstruación. La sensación de que nuestro cuerpo está fuera de control puede ser muy aterradora. Nuestra cultura no tiene rituales para asimilar o celebrar los profundos cambios que el cuerpo de una niña sufre al momento de iniciar su primer sangramiento. Tabúes culturales, religiosos y sexuales se suman a lo que debería ser un experiencia extraordinaria. “Ella, que sangra pero no muere,” tiene que dejar atrás la inocencia de su niñez y emerger al mundo como una mujer fértil.
El miedo es siempre percibido a través del músculo psoas de tal forma que es también a través de percibir el psoas que lograremos liberarnos de antiguos miedos.

EMBARAZO Y NACIMIENTO

El embarazo ofrece una oportunidad natural de alargar y tonificar el músculo psoas. Debido al peso extra y el aumento de la conciencia en el centro de su cuerpo, la atención de una mujer embarazada se ubica naturalmente en su Hara. Ella “siente”su perfecto centro de gravedad; una sensación de estar centrada que es en verdad una profunda y expansiva percepción de sí misma y de su poder interno.
Si su músculo psoas está corto y constreñido, reduce el espacio disponible para los órganos y vísceras mientras que el útero y el bebé crecen y también necesitan espacio. Cuando nos sentimos temerosos, nuestro músculo psoas se contrae, limitando el espacio y el volumen del tronco y enviando señales de estrés a todo el cuerpo.
Relajar y liberar el músculo psoas en una mujer embarazada da mayor espacio para que el bebé crezca. Su pelvis se convierte en un cuenco conteniendo la vida. En lugar de cargar su bebé al frente y fuera de su cuerpo, sintiéndose sobrepasada y fuera de equilibrio, puede extraer fuerza y satisfacción desde su cintura que crece.
Cuando la labor de parto comienza, el músculo psoas relajado y fortalecido, ayuda a que la energía fluya hacia abajo y la asiste en empujar el bebé fuera.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Material de apoyo para los alumnos del Tao Curativo.
Traducciones y recopilación de apuntes de la instructora certificada del Healing Tao, Geraldine Leighton Jiménez.
Algunos textos y dibujos han sido extraídos de libros del maestro Mantak Chia.
La información del músculo psoas es extraída casi en su totalidad de la investigación y publicación de la doctora Elizabeth Koch que tiene, en Estados Unidos, un centro de terapias basadas en la relajación y la liberación de este grupo de músculos y tendones llamados comúnmente ilipsoas.

GERALDINE LEIGHTON JIMENEZ

Es instructora certificada del Tao Curativo, en casi todas las fórmulas taoístas que enseña el Maestro Mantak Chia. Para obtener el grado de instructora certificada, ha debido viajar al centro Tao Garden, en Tailandia, en tres oportunidades, a recibir la enseñanza directa del maestro. Durante sus estadías en el centro de sanación, ha tenido el privilegio de formar parte del grupo de evaluadores de nuevos instructores